Celaya, Gto.- Un ícono de la revolución mexicana, aunque su construcción se remonta al siglo 18 por lo menos, fue destruido en parte por el mismo ferrocarril, cuando uno de los vagones se descarriló, se recargó en las paredes de la bodega de carga y las destruyó.
Y aunque la empresa ya informó que se hará cargo de la reparación, ya pasó una semana y hasta ahora todo sigue igual.
El incidente sucedió desde el día 9 anterior, cuando una máquina comenzó arrastrar algunos vagones, pero el último, una cóndola cargada con rollos de alambró, salió de las vías y se cargó al lado de la bodega.
Aunque no se explica el porqué, los garroteros se percataron del problema, pero nunca le comunicaron al maquinista que detuviera su marcha, aunque ahora usan radiocomunicación y no a señas con las manos,como se hizo durante casi 200 años.
Los daños se produjeron ante la vista de los "garroteros" que solo se mantuvieron estáticos, observando como la góndola no solo "rayó" una parte de la pared, pero también, al atorarse con un portón, derribó gran parte del muro.
Y mientras el convoy seguía y los "garroteros" no pedían detener el tren, se tuvo la impresión de que lo hicieron "a propósito", porque el descarrilamiento se tuvo desde muchos metros antes de llegar al edificio de la bodega.
Esta vía que pasa a un metro de la bodega, fueron instaladas allá por 1965, sobre lo que era la banqueta, aunque desgraciada y estúpidamente, también demolieron totalmente la estación de pasajeros, en donde estaba la sala de telégrafo y la de boletos.
Estos edificios, de conservarse, mantendrían la historia "viva" de Celaya, pero al "alquilar" Ferrocarriles Nacionales de México a las empresas gringas, se terminaron las construcciones anticuas, algunas como en Apaseo el Grande, totalmente derruidas.
