Jaral del Progreso, Gto.- Con motivo del aniversario luctuoso del Prof. Fulgencio Vargas Ortiz que se llevará a cabo el 14 de febrero, es importante dar a conocer un poco de la vida y de la historia de este destacado personaje.

El maestro Vargas como así lo llamaban todavía con respeto y cariño sus viejos alumnos, nació el 10 de octubre de 1875, en la finca urbana número 33 de la calle Miguel Hidalgo de esta ciudad, tres días después fue bautizado con el nombre de José Mariano Fulgencio Francisco. Sus padres: el Señor José Ramón Vargas y la Señora María Candelaria Ortiz, quien falleció en labor de parto a los treinta años de edad.

Las primeras letras las conoció aquí en Jaral del Progreso, en una escuela de paga con una tía hermana de su madre bajo su tutela en ese momento; terminó su instrucción primaria en la ciudad de Celaya, Gto. en otra escuela particular con su tía hermana de su padre ahora bajo su tutela; los fines de semana asistía al coro de la iglesia de esta ciudad en donde el sacerdote Agustiniano José María Gasca le enseñó el breviario en latín, lo cual influyó para que más tarde fuera a estudiar al seminario de Santa María de Gracia en la ciudad de Morelia, Michoacán; pero poco tiempo paso para darse cuenta de que su vocación no era en realidad el sacerdocio.

Solo curso algunos años de farmacia en el colegio primitivo de San Nicolás de Hidalgo, pues lo abandonó por quebrantamiento de salud. De regreso a su tierra natal aprovechando los conocimientos adquiridos puso una botica y realizaba labores agrícolas al lado de su padre que poco tiempo después cae enfermo para no levantarse jamás.

En el año de 1900 contrajo matrimonio con la Señora Carlota Procel originaria de Morelia, con quien procreó seis hijos. Cabe mencionar que Don Fulgencio trajo a esta ciudad la primera imprenta manual, en la cual publicó dos periódicos: el “Renacimiento” y “Voz Jaralense”, medios en los que empezó a plasmar sus primeras composiciones literarias y artículos relacionados con Francisco Ignacio Madero.

Tiempo después recibió la invitación de su amigo José Lizardi para que se incorporará a su campaña política que venía realizando para la gubernatura del estado. Una vez elegido Lizardi, constitucionalmente le ofrece se haga cargo de la subsecretaria del colegio del estado, hoy Universidad de Guanajuato; a falta de maestros Don Fulgencio se preparó en forma autodidacta e impartió clases de varias materias, representó a dicha institución en los juegos florales ganando primeros lugares, además de que perteneció a la Academia de la lengua y a la sociedad mexicana de geografía y estadística.

En 1955 tuvo que retirarse de las aulas por prescripción médica debido al agotamiento de neuronas por exceso de trabajo mental, lo que conllevó a que siete años más tarde, en 1962 en Guanajuato desgraciadamente falleciera producto de un infarto al miocardio y enfisema pulmonar.

Don Fulgencio Vargas Ortiz es un personaje ilustre del que todos los jaralenses y los que radican en las comunidades aledañas debemos sentirnos orgullosos ya que entre lo mucho que le debemos está que gracias a Él, cuando fue diputado local en el periodo de 1912 a 1914 logró convencer a sus colegas para que firmarán el decreto autorizando se ampliara el territorio municipal, anexándosele las comunidades rurales de Victoria de Cortazar, Ojo Zarco, El Tecolote, Colorado, Santiago Capitiro, El Armadillo, El Chato, Buenavista, El Molinito y La Bolsa; entre otros logros están sus 16 obras literarias inéditas, 44 libros y 184 publicaciones periódicas en la capital de la República, Centro y Sudamérica.

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